Cuando la ternura se me escapa sola, toda, y risueña como la noche que toca el cielo con un desparramamiento de estrellas y aún necesita le sucede más en el fragor de la imaginación es inevitable cuando te rozo perdidamente con mis manos napoleónicas por querer verle la esperanza al invierno pero me quedo corto eternamente corto como estas caricias y estos besos que salen disparados de mis labios más hijos del sudor bebiendo de la sangre que alguna vez alimento mis dudas frente a ti y la soledad escrita con el abecedario de los cuerpos que se conforman con la desnudez. Cuando la mirada es semilla, yo divido la noche entre las palabras que le han robado al silencio una extraña vibración eje espiritual que marchita los misterios del amante y el suicida del mármol y la piedra el corazón que se salvó por pedir la muerte anticipadamente en un descenso sumergido así entre el diluvio de las sienes cuando el viento recurre al vacío para enc...
Blog de José Valdez, poeta y matemático hondureño