intento analizar la vida del hombre sufriente y mundano, enamorado de una mujer que no existe Y vivir ciega de tanto es ella: renaciendo cada día como las almas como los hierros del crepúsculo y solo prendida se siente más allá del fuego en ciertos poros detalles que alimentan la codicia disfrazada de terciopelo con manzanas con cuchillos es difícil discernir el tacto del deseo cuando se derrama cual cántaro de niño de copa invisible de ballesta intacta invierno eterno sexo inocente clamor que invade un miedo al año incrustado sobre una lagrima es un espejo ya es un espejo en el cual te miras vanidosa estrella perla perdida loor de mieles con azúcar...
Blog de José Valdez, poeta y matemático hondureño